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El Sillón Bol

Los muñones de Sierra Leona

Y Nani ganó el Dakar. El año que viene el rally se llamará, por tanto, Roma-Dakar. Bien que se lo merecía el nano tras sus múltiples abandonos y caídas en ediciones anteriores. Por cierto, menudo pollo montaron sus paisanos de Folgueroles para celebrar el triunfo del piloto catalán. Hubo de todo: tracas, senyeras/fashion de Esquerra, barretinas, porrones de vino y cura párroco tocando las campanas de la iglesia, menuda estampa que contemplamos en la comarca de Osona, parecía escrita por el gran poeta local Jacinto Verdaguer o la interpretación M7 Catalonia de Els Joglars.

Nani Roma no sólo tuvo en vilo a su familia y paisanos, sino que todos nosotros comenzamos el domingo rezando a la Virgen de Montserrat para que no le pasara nada los 27 últimos kilómetros que le llevaban al Lago Rosa y a la ducha de champán. ¡Señor mío que cantidad de sabroso espumoso gabacho se echó por la cabeza el muchacho!

La euforia y los aplausos de los aficionados europeos y senegales en Dakar contrastan brutalmente con otros africanos, que simplemente no pueden aplaudir porque les faltan los brazos. Los vimos en otro magistral reportaje de Vicente Romero en el Informe Semanal del sábado, en el zaping donde Jorquera salvaba de la goleada al Barça de Amsterdam, en el debú Davids Visionlab.
Cientos de kilómetros más al sur de Dakar, en Sierra Leona, contemplamos en un campamento de mutilados la barbarie que cometió la guerrilla narcotizada sobre 6.000 personas, a los que seccionaron sus extremidades a base de machetazos. Espeluznante. Han sido dos imágenes contrapuestas desde el África Subsahariana, por un lado brazos que recogen los trofeos de la victoria en Senegal en un hotel de lujo y, por el otro, muñones que abrazan desamparados a un misionero italiano, el único que les consuela en Freetown de la derrota humana.

Ya en el primerísimo mundo se disputaron las finales de Conferencia de fútbol americano. Ganaron los Patriots de Nueva Inglaterra y los Panthers de Carolina que disputarán la Super Bowl el próximo 1 de febrero en Houston, Texas.
Estos equipos ya han vencido sus caucus y primarias particulares y se jugarán la gran final del deporte americano en el estado de la Estrella Solitaria. No faltarán los Bush en año electoral, para celebrarlo previamente tostarán a algún reo naranja del corredor de la muerte.
Reconozco que a fuerza de escuchar atentamente a Guillermo Gómez y Andrea Zanoni en Sportmania sigo decentemente la marcha de los partidos de fútbol americano. Eso sí, ya cuando analizan cuestiones tácticas o jugadas de los equipos especiales me encuentro igual de desorientado que frente al silabario chipriota.

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