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El Sillón Bol

Astillero, una planeadora en La Concha

No hay nada como un tiempo otoñal para recostarte en el sillón bol y disfrutar de deporte del bueno. Y a fe que este fin de semana hemos vibrado con nuestros deportistas.

Aunque a Ferrero le ha pasado un rodickllo en la final de US Open y no ha podido emular a Orantes y Santana en las pista de Flushing Meadow, el valenciano ha demostrado que es el número uno del tenis actual. Casi nada.

Las motos, ya lo he comentado otras veces, no es un deporte que me apasione y si encima le come tiempo a un España -Serbia de basket pues todavía les cojo mayor inquina. Pero he de reconocer que ver triunfar en la misma línea de meta a Pablo Nieto frente a un imberbe Barberá pues es vibrante, y sobre todo ver emocionarse a un padre en el box pues a uno le llena de ternura. Angel Nieto estaba más contento que cuando el arrasaba por esos circuitos de Dios, y eso que consiguó noventa victorias. Luego Toni Elias remataía la faena en 2 y medio, y en Moto GP, pues lo de siempre, Valentino Rossi y a distancia los demás.

El domingo por la mañana acudimos a nuestra cita anual en las aguas de la Bahía de San Sebastián. Tuvo lugar la jornada inicial de la Bandera de La Concha. En la primera tanda los gallegos de Mecos se impusieron y en la segunda en vez de una trainera contemplamos una planeadora bajándose al moro que anulaba la emoción para el domingo que viene. Astillero se diferenció de sus rivales en 26 segundos. Por lo tanto los cántabros volverá;n a ganar en el Tour del remo (recordemos que las dos últimas ediciones han sido para Castro).

El sábado pugnando con la reparadora siesta saltaron a la pequeña pantalla los equipos de la Vuelta en contrarreloj. La Once-Eroski dejó para la posteridad su última victoria como combinado. Llega el triste adiós de una época con la retirada de los boys de Manolo Sainz y del Banesto de Echavarri. Los comentaristas en la televisión los de siempre, con Perico algo ronco e Iñaki Cano volviendo a hacer la pelota a diestro y siniestro, qué canso. Mención aparte merece la espantada de Cipollini, no salió ni en la primera etapa, sólo en la prólogo y remontándose en sus compañeros pudo acabar. Cuando algunos comparan la Vuelta con el Tour he aquí; un dato: Cipollini no fue invitada a la ronda francesa y menudo mosqueo; que se agarró; el pollo, aquí; se suplica que venga, se le paga, monta el paripé y se escapa la francesa, ciao bambino.

Pero sin duda alguna el deslumbrante papel de la selección española de baloncesto en el Eurobasket ha sido lo mejor del fin de semana. Eso sí, falta superar el fatídico cruce de cuartos para llegar a la felicidad. Pau Gasol hace grande al equipo. ¡Cómo intimida el catalán en la cancha! Su actitud NBA trasladada al frí;o parqué; sueco nos va a poner en la élite. Estoy viendo a gusto por televisión este campeonato, la retransmisión como es antigua no tiene tanto alarde de cámaras y por lo tanto no perdemos información. Javier Imbroda suele acertar abriendo los ojos al espectador y dándonos claves del juego.

El hooligan Pedro Barthe en su línea, forofismo, acomplejamiento ante los colegiados, lloros ante un saque de banda que no nos han pitado a favor, y cómo no, descalificaciones contra lo serbios y su bestia negra Stankovic expulsándolos del mundo por la famosa tangana del final del encuentro de ayer. Lo cual no quiere decir que aprobemos la manera de no saber perder de los yugoslavos tan acostumbrados a ganar. Sobre todo el amigo Gurovic que tiene tatuado el retrato de un criminal de guerra serbio, hecho que denota el talante del muchacho. Pero al final no pasó nada y todos se saludaron al concluir el encuentro.

Vamos a decirlo con la boca pequeña pero si España sigue defendiendo a tope como un equipo cooperativo y Gasol está en plan NBA podemos optar a todo. El jueves siguiente asalto frente a Eslovenia o Israel.

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