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El Sillón Bol

Esta vez, tampoco

15, septiembre
¡Qué pena! Hasta yo mismo que jamás me dejo llevar por la euforia pensaba que esta vez sí. Que esta vez ganaríamos algo en esto del basket. Me había convencido la pasión y cuando por la mañana en el pueblo de La Rioja donde descanso los fines de semana y observo como la uva acomete sus últimos días en busca del grado que haga excelente la vendimia, pues en ese pueblo me paraban por la calle y me decían ¡Eh chiguito, tú que entiendes, qué vamos a hacer hoy! Y yo levantaba el pulgar de manera victoriosa.

Pero no pudo ser. Otra vez plata. Las causas de la derrota de ayer hay que buscarlas en el cansancios físico y mental de nuestras solitarias estrellas Gasol y Navarro, y en el gran partido que jugó y planteó el combinado lituano.

Lituania con un inconmensurables Jasikevicius (atención, segunda cagada de Laporta que se ha dejado escapar a Cesc mejor jugador del Mujndial sub 17 de fútbol y al mejor del eurobasket sueco, eso sí, la senyera y Els Segaors que no falten en las citas blaugranas). Digo que el amigo Saraunas fue el mejor de la final, dirigió magistralmente a su equipo, no metió muchos puntos pero hizo que sus compañeros anotasen, además Jasikevicius apenas protestó a los colegiados con lo que estuvo todo el encuentro centrado en pos de la victoria. El conjunto báltico también basó su importante triunfo en una agresiva defensa, que taponó o ralentizó el juego de pases de España que afrontó los unos contra uno de manera forzada y con el aliento contrario en el cogote. Si Jasikevicius se nos va de la ACB habrá que dar la bienvenida a Macijauskas. Un fenomenal escolta rubio (100% en tiros libres en todo el campeonato) que parece el chico formal que estudia en la Universidad de Indiana, que no va a los partys de la hermandad Beta, pero que al final de la película se lleva a la chica guapa al asiento de atrás del viejo Cadillac de su padre, donde acaban destrozando los amortiguadores.
La selección española no diversificó el riesgo, pusimos toda nuestra ilusión, una vez más, en Pau y la Bomba, y la detonación nos salió por la culata. Gasol ha demostrado que es uno de los mejores jugadores europeos, pero ayer saltó a la cancha descentrado, y sobre todo cansado. El dato de no ganar ninguno de los salto entre dos, fallar 8 tiros libros y lo bien que lo pararon debajo del aro denota esa fatiga, por otro lado lógica después de habernos llevado el de Memphis hasta la final ya hacernos soñar con el oro.

Lo bonito de estos días ha sido ver como el basket recupera un hueco en el tiempo de los seguidores del deporte en general. Ya es bastante arrebatar un porcentaje de la información deportiva al todopoderoso fútbol, que engulle hasta reducir casi a la nada al resto de competiciones.

Por último también me quedo con las ganas de ver en acción a las Red Foxes (Zorras rojas) las famosas cheerleaders del CSKA de Moscú, consideradas las mejores del mundo, pero que la puritana televisión sueca nos hurtaba en los tiempos muertos al mostrarnos las interesantes jugadas en las pizarras de los técnicos, en vez de contemplar cómo se menean las espectaculares muchachas surgidas del frío. ¡Qué se le va a hacer!

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