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El Sillón Bol

Centauros del desierto, reyes de las dunas

Este año el Rally París-Dakar me está enganchando. Es una pena que se hayan suspendido las dos etapas del fin de semana por no poderse garantizar la seguridad de toda la macro caravana que cruza el desierto hacía el Lago Rosa de Dakar.
Las espectaculares imágenes de las KTM dando brincos de duna a duna, nos hacen valorar el desgaste físico de estos centauros del desierto que suelen llegar a meta con los riñones al Jerez.
Este año Nani Roma parece predestinado a sorber las mieles del triunfo. Esperemos que el gafe sainzciano que persigue al piloto catalán no le haga topar con un oso hormiguero que le pinche la rueda, o que la fatídica hierba de camello no se le atragante a su burra mecánica y ésta salte por los aires como los acróbatas del Circo Nacional Chino.
En coches los Mitsubshis mandan con el francés Peterhansel como dominador de la particular mecánica sahariana y del bendito GPS, que cual estrella de oriente coloca a los pilotos en el buen sentido de la marcha. Porque hay que ver cómo andan de perdidos el día que no pueden usar los sistemas de navegación. Unos iban para arriba, otros para abajo y todos con gesto incrédulo al ver a sus colegas en sentido contrario al suyo. Los tuareg flipaban bajo la esperpéntica sombra de los boabs ante la ineptitud de los chóferes de estas caravana del siglo XXI.
Este año gracias al resumen de la 2 estamos contemplando verdaderas historias de supervivencia en el desierto, además de un curso rápido de CEAC de mecánica del motor. La variedad climática de esta parte de África con frío, calor y tormentas de arena contribuye al aumento de la épica de la legendaria prueba que lleva disputándose 26 años, ¡coño cómo pasa el tiempo!
Los personajes que pululan por el Dakar son de lo más pintorescos, hay veteranos del desierto a los que hay que apodar el Africano, como a Escipión, hay profesionales del motor que son los que dan el verdadero espectáculo deportivo cuando abren gas y envuelven su prototipo en polvo del desierto, hay amateurs que le echan ganas y dosis de valentía que apenas duermen entre etapa y etapa…y está el piloto más joven, un chaval maño, que se esconde para no tomar la salida y que ha manifestado que estaba en el rally por su padre. Me imagino la brasa del progenitor para ver a su retoño dando saltos por Mauritania y contarlo luego en cualquier bar del Tubo. Sin embargo echamos en falta en el Dakar algo de glamour, para el año que viene tengo una sugerencia, que participe Victoria Beckham, dada su habilidad con la palanca de cambios, eso sí, en Mitsubishi Pajero y bajo el patrocinio de Correos.

1 comentario

Mari Pili -

Qué pena que el rallye de los cojones deje a su paso un rastro de niños muertos, ¿no te parece?

Valiente panda de pijos ociosos son los pilotos del Dakar. Que Alá los confunda.