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El Sillón Bol

El aroma de la Rosa

Un año más los fines de semana televisivos recuperan gracias al Seis Naciones de Rugby el sabor de lo tradicional y el verdadero espíritu deportivo. Los aromas de la Rosa, el Cardo, el Trébol… traspasan la pequeña pantalla. Los añejos himnos y melodías con sabor a turba, malta, carbón, gintonic, parmesano y gateau basque impregnan las gradas de los míticos estadios donde se disputa el Torneo. Oír uno de esos himnos en la cancha: el Good Save the Queen, la Marsellesa, la Canción del Soldado irlandesa, la Tierra de mis Padres galesa o la popular Flor de Escocia es algo inenarrable.

El primer partido del Torneo tuvo lugar en 1882 cuando eran sólo cuatro las naciones que lo disputaron -Francia fue invitada en 1910- y se celebró en Saint Helens, Swansea (Gales) entre los anfitriones e Inglaterra. Anteriormente en 1823 en la ciudad inglesa de Rugby el futbolista Williams Web Ellis había cogido el balón del suelo echando a correr inventando este "deporte de truhanes jugado por caballeros".

Esta edición Inglaterra, actual campeona del mundo, está confirmando su condición de favorita (ya ha ganado en Murrayfield a Escocia y en Twickenhan a Italia) y su objetivo es obtener el Gran Slam (ganar a las otras selecciones). Para ello deberá derrotar a Francia en Saint Denis en la última jornada el 27 de marzo.
Francia con un juego efectivo de la segunda línea y buscando la personalidad de antaño –acuérdense del rugby champán de los 80 con los míticos Serge Blanco, Sella, Bebizier…– también lleva dos victorias (Irlanda e Italia en Paris).
Irlanda con el espíritu ganador recuperado en el pasado Mundial acarrea una victoria sobre Galés y una derrota frente a Francia.
Galés ganó la primera jornada a Escocia y perdió la segunda contra el XV del Trebol. No hay que olvidar que el rugby en el País de Gales es algo más que un deporte, es un estilo de vida.
Escocia lleva sendas derrotas frente a Irlanda en Dublín en la Calcuta Cup en Edimburgo ante su eterno enemigo, el XV de la Rosa. Malos tiempos para los jacobitas.
Italia estrena camiseta de diseño y huele a Cuchara de Madera.

Aunque sea una vez al año el rugby vuelve a nuestros corazones y bien que lo agradecemos, ya que esta forma de entender el deporte es única, noble, sin aspavientos, sin celebraciones horteras tras un ensayo (a lo más que llegan es a un golpe en la espalda, escupir en el suelo y volver a defender) con deportividad, con respeto a los árbitros, una fiesta en la mezclada grada (donde no falta la música sanferminera en los partidos de Francia), en fin, un ejemplo para tanto futbolero suelto.

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