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El Sillón Bol

El alarde del realizador

La función del realizador televisivo de retransmisiones deportivas se ha puesto en el disparadero por el caso Roberto Carlos. La UEFA, como ha hecho otras ocasiones (recuérdese el caso de José Ignacio del Celta), ha decidido basarse en las imágenes de televisión para castigar al lateral ofensivo del Real Madrid.
Algunos como denominan ya al realizador como el Quinto árbitro, por la capacidad que tendrá éste, al seleccionar o no diversos lances del juego, de forzar a entrar a los Comites de Competición de oficio.

El realizador es el director de cine de las retransmisiones deportivas, y el gran aliado del sillonbolista. De él depende que disfrutemos de un acontecimiento por televisión.
Los hay clásicos donde el alarde de imágenes queda supeditado a la información, a lo que sucede en un terreno de juego. Es el artista que relega sus posibilidades creativas a narrarnos en imágenes lo verdaderamente importante del evento. Es el realizador agradecido, tipo Jonh Ford, con el que nos divertimos, donde las repeticiones se emiten en tiempos con el balón muerto (que no está en juego) y no hurtan el momento decisivo al espectador. Por ejemplo, ha sido criticado en algunons medios la realización de TVE de la final de la Copa del Rey de baloncesto en Sevilla. Se le achacaba pocas repeticones de tiros y jugadas espectaculares. Para mí fue una realización correcta. Logró transmitir perefectamente la emoción del juego y no se privó al televidente de algún robo de balón decisivo. Otra cosa fue la narración Vim Clorex de Pedro Barthe, tan aséptica que casí podríamos comer en su propia boca, o los comentarios anodinos de Imbroda (cómo echamos de menos a Chichi Creus ) que sólo se limitó a decir “efectivamente, así es”. No aportó nada el melillense.
La mayoría de las retransmisiones de acontecimientos deportivos norteamericanos (NBA, NCAA, NFL…) son espectaculares, con infinitas cámaras, pero nunca jamás te pierdes algo importante que ocurra en las canchas.

Por otro lado está el realizador creativo, el de la escuela Matrix/Lazarov. A este artista, cuantas más cámaras le pongan a su disposición, más boletos tenemos los sillonbolistas de mentar a su madre, porque no contemplaremos el contraataque decisivo o el triple clave en la remontada. Eso sí, acabaremos mareados con tanto picado, contrapicado, travelling y cámara cenital. A estos realizadores les encanta mostrarnos, en primer plano, la gota de sudor descendiendo por la mejilla del autor de la canasta, mientras, el contrario ha sacado de fondo, ha dado un largo pase de beisbol para que el alero finalice la jugada con un mate espectacular. Estos realizadores se marcan solos. Ganarán premios en Montreux, pero al espectador le dejan con las ganas.

El ejemplo de este tipo de realización fue la Final Four del año pasado, la que ganó el Barça en el Sant Jordi. ¡Qué horror! Acabé de la cámara cenital, esa que desde la estratosfera te insinúa cómo se desarrolla la jugada, hasta los mismísimos.

Lo único que pedimos al realizador es que nos cuente correctamente el partido, por ejemplo, el mediático Real Madrid-Bayern, que las repeticiones sean con el balón en la grada o mientras los jugadores escenifican toda su coreografía tras conseguir un gol, y que no digamos “ha sido penalti porque no lo repiten”.

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